La hipertensión pulmonar es la presión alta en las arterias de los pulmones. Esta enfermedad es muy rara, progresiva y en algunos casos, se considera muy grave. Puede afectar a todo tipo de personas, desde recién nacidos hasta adultos de la tercera edad.

Esta enfermedad no tiene cura, y en algunos casos se necesitan trasplantes de pulmón o de corazón. Sin embargo, hay nuevos tratamientos que pueden ayudar a prevenir el avance de este padecimiento.

En el caso de bebés y niños, la hipertensión pulmonar se presenta cuando, los niños nacen con arterias pulmonares estrechas o las arterias se engrosan y estrechan con el tiempo, lo cual provoca un aumento de presión en los pulmones.

Con esta enfermedad, los bebés o niños pueden presentar síntomas, tales como:

  • Baja saturación de oxígeno
  • Dificultad para respirar
  • Respiración acelerada
  • Desmayos
  • Dolor en el pecho
  • Fatiga al realizar alguna actividad
  • Hinchazón en piernas o tobillos
  • Mareos

Es importante que el pediatra o especialista realice diversos estudios para determinar un diagnóstico completo, así como para descubrir la causa. Todos los exámenes o estudios deben ser realizados por el médico.


¿Qué estudios debe realizarle a mi hijo?

  • Examen físico
  • Radiografía de tórax
  • Electrocardiograma
  • Ecocardiograma
  • Prueba de caminata o prueba de ejercicio cardiopulmonar
  • Gammagrafía
  • Tomografía computarizada
  • Resonancia magnética
  • Cateterismo cardíaco
  • Biopsia pulmonar